



En FRANKELY vemos la responsabilidad como una forma de rebeldía. Ser responsables es atrevernos a mirar el impacto de lo que hacemos, a defender causas reales, y sostener nuestros ideales.
Estamos comprometidos a que desde el origen de los materiales hasta las manos que los transforman esten reguladas a condiciones justas, decisiones conscientes y una producción honesta.


Cada prenda nace a partir del trabajo con residuos textiles de fábricas, técnicas de upcycling, y materiales con composiciones recicladas en distintas proporciones.
Nos tomamos muy en serio esta parte de FRANKELY porque creemos que cuando eliges con conciencia, no solo vistes una prenda: Llevas un mensaje. Uno que habla sobre como las pequeñas decisiones también tienen un impacto transformador y de disrupción.


Somos el reflejo de lo que es real: de lo que se respira, se ve y se siente en las calles. En el caos, en la textura de los muros, en la intensidad de nuestras raíces y en la belleza desbordada de lo auténtico. Creemos en la fuerza del detalle, en lo adornativo como expresión, en el poder de vestir sin medida, sin miedo, sin silencios.
Encarnamos todo lo que no encaja, lo que incomoda, lo que desafía. Porque no nacimos para seguir moldes ni repetir fórmulas. No seguimos tendencias: las cuestionamos, las deformamos, las reinventamos. Nuestra estética no busca complacer, busca provocar. Habla fuerte, con capas, con símbolos, con intención.
Somos un movimiento vivo. Uno que se expresa a través del cuerpo y de la prenda como manifiesto. Le damos voz a las nuevas generaciones que no temen ser demasiado: demasiado intensas, demasiado brillantes, demasiado libres. A quienes transforman lo cotidiano en arte, lo personal en estandarte, y lo diferente en belleza.




No estamos aquí para decirte quién eres, sino para recordarte que puedes expresarlo sin pedir permiso. Que no necesitas encajar para pertenecer, ni suavizarte para ser escuchadx.
La forma en que eliges vestirte es también la forma en que eliges habitar el mundo. Lo que portas puede cargar historia, intención, rabia o deseo. Y en un sistema que empuja a la uniformidad, atreverse a mostrarse tal somos incomoda pero también transforma.
Queremos acompañarte en ese recorrido en tu identidad porque hoy más que nunca, vestir es un acto político. Sabemos que cada prenda puede ser una forma de decir quién eres, qué defiendes y a qué ya no estás dispuestx a renunciar.